miércoles, 1 de abril de 2015

Cumbre de las Américas y su cuarta pared

Arthur González
venezuela-euPara los latinoamericanos está bien claro que la Casa Blanca no aceptará tranquilamente que Cuba participe en la VII Cumbre de las Américas en Panamá y como prueba de sus artimañas presionan a ciertos panameños para fabricar situaciones, con la trasnochada esperanza de empañar la presencia del presidente cubano. Craso error.En ese camino vuelven a equivocarse al menospreciar la capacidad e inteligencia de los pueblos ubicados al sur del río Bravo, olvidándose de José Martí cuando sabiamente sentenció: “¿quién pretenderá divorciarnos a nosotros de América, ni a América de nosotros?”
En un intento que pone de manifiesto el desespero de Estados Unidos ante la derrota que significa la presencia de Cuba en ese evento, el panameño Rubén Castillo, coordinador del Foro de la Sociedad Civil y Actores Sociales de la Cumbre, confirmó a la prensa de Miami que envió invitaciones a los “disidentes” cubanos, sin dudas una idea que resultará significativa tanto para los asalariados de Estados Unidos como para el resto de los participantes en dicho Foro.
El calificativo de asalariados no es festinado ni pro Castrista, es simplemente afirmar lo que hace el gobierno estadounidense al aprobar anualmente 20 millones de dólares para sostener todas las acciones subversivas contra Cuba, incluido el pago a los “disidentes” por llevar a cabo provocaciones contra el gobierno.
Los propios “disidentes” reconocen que se mantienen sin trabajar gracias al dinero, alimentos y otros avituallamientos que reciben desde Estados Unidos, e incluso algunos cables confeccionados por la Sección de Intereses en La Habana divulgados por Wikileaks, confirman el interés de esos elementos por el dinero.
La idea de invitarlos surgió para caldear el ambiente, sin embrago ha sido una de las mejores, pues en ese Foro los asalariados cubanos podrán conocer la realidad de Latinoamérica y la verdadera represión.
La “delegación” sufragada, entrenada y dirigida por Estados Unidos, estará encabezada por la inculta y grosera Berta Soler, junto a Guillermo Fariñas y la bloguera oficialista de Washington Yoani Sánchez Cordero, entre otros.
Mexicanos desaparecidosVeremos que dicen los que llevan años sin saber lo que es sudar la camisa para ganarse el pan de cada día, cuando escuchen la represión policial de que son víctimas los familiares de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en el estado mexicano de Guerrero, los chilenos que aún lloran a sus hijos asesinados por la dictadura apoyada por Estados Unidos, los portorriqueños que luchan por no ser más colonia de Norteamérica y sufren golpizas y años de cárcel por exigir su libertad.
Importante será para esos calificados por Washington como “opositores”, conocer las desapariciones, asesinatos y brutales golpizas que padecen los ciudadanos guatemaltecos y hondureños, víctimas de la más cruenta pobreza, desamparo gubernamental, analfabetismo y ausencia de servicios médicos gratuitos, como los que sí reciben los “disidentes” en Cuba.
Qué dirán los representantes de la contrarrevolución cubana cuando escuchen relatos inverosímiles de torturas y asesinatos a cientos de periodistas por decir la verdad de sus pueblos, algo que jamás han padecido los que reciben entrenamiento en los locales de la misión diplomática norteamericana en La Habana.
Otra sorpresa se llevarán los que dicen representar a los negros cubanos en un supuesto “Comité Ciudadano por la Integración Racial”, financiado desde Miami, al escuchar la vivencias de los negros norteamericanos que son golpeados salvajemente y hasta asesinados por policías blancos, que jamás son juzgados en las Corte Federales, o al constatar cómo son discriminados e impedidos de asistir a centros de estudio, visitar bares, restaurantes, peluquerías y barberías, clubes solo para blancos, o simplemente por relacionarse con mujeres y hombres de la raza blanca.
La mejor lección que recibirá la contrarrevolución cubana, fabricada y sostenida con cientos de miles de dólares de la CIA y del Departamento de Estado, será conocer de primera mano una realidad desconocida para ellos, algo que no dudamos influirá en sus vidas personales, porque en Cuba ni ellos ni sus familiares padecen de los males que ensombrecen a casi toda Latinoamérica.
Sus denuncias, inventadas e insostenibles, serán la burla de los familiares de cientos de miles de desaparecidos, asesinados, torturados y encarcelados; de los hambrientos, desclasados, desempleados y analfabetos que ven morir a sus hijos por ausencia de dinero para pagar los altos costos de la salud.
Otro panorama diametralmente opuesto mostrarán los verdaderos representantes de la sociedad civil y el pueblo cubano, esos que los yanquis quieren descalificar nombrándolos “oficialistas”, que luchan a diario por lograr un mundo mejor y exigir el cese de la despiadada guerra económica que desea matar por hambre y enfermedades a toda una sociedad, desde hace 56 años.
Pero los pueblos no se equivocan y como expresó el más universal de los cubanos, José Martí: “ni pueblos ni hombres respetan a quienes no se hacen respetar”.

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