miércoles, 20 de julio de 2016

Silvio Rodríguez: “Espero que continúe todo lo bueno que consiguió para el pueblo la Revolución.”

Esta es la entrevista íntegra que Claudio Vergara del diario La Tercerahizo a Silvio Rodríguez,  tomada del sitio oficial del trovador El zurrón del aprendiz, de la que el periódico chileno publicó solo una parte.
Su nuevo disco, Amoríos, acaba de ser editado por el sello multinacional Sony. ¿Qué opinión tiene de estas grandes compañías discográficas, y de cómo ven y administran la música en la actualidad?
Si se fija mejor, verá que quien edita Amoríos es Ojalá, o sea, nuestra propia editora. Hemos firmado con Sony un contrato para la distribución física de Amoríos. Se trata de un plan piloto que pudiera ampliarse en el futuro, si fuera conveniente. No tenemos mucha práctica en convenios con grandes compañías, pero creo que este acuerdo con Sony ha sido respetuoso y correcto.
En el pasado reciente, sus álbumes fueron distribuidos por otra empresa multinacional, Warner Music. ¿Cree que los sellos de esta envergadura han cumplido un rol fundamental en la expansión de música? ¿O sólo le asigna un valor más marginal, pensando en que su cancionero se ha difundido mucho más en el boca a boca o a través de otros canales menos tradicionales?
No recuerdo que hayamos firmado con Warner Music, excepto muy puntualmente para una compilación que me hizo David Byrne a principios de los 90. Él necesitaba esa alianza para universalizar la antología, dadas las limitaciones de su disquera Luaka Bop. Por otra parte, es obvio que los grandes sellos han jugado un papel preponderante en la difusión de la música, por su poderío. No ha sido mi caso, ya que la difusión de mi música, como Ud. bien señala, ha ido por canales nada convencionales. Ojalá, en sus 20 años de vida, nunca ha hecho grandes producciones: somos casi artesanales y muy limitados en cantidades y territorios.
¿Sigue creyendo en las vías más formales de la difusión artística? Vale decir, en editar un álbum en formato físico y digital, dar entrevistas, salir de gira, etc. Se lo pregunto porque los métodos han cambiado muchísimo desde los días en que usted empezó a editar discos. Por ejemplo, hoy existen artistas que lanzan sus álbumes de manera gratuita, otros que dejaron de editar discos completos (sólo confían en la inmediatez de los singles) y otros que estrena títulos sin previo aviso, sin campañas promocionales, colgando su trabajo en la web de un día para otro, casi de sorpresa, como ha sucedido con David Bowie, U2 o Radiohead.
He ido creyendo en lo que la vida me ha demostrado, aunque nunca me he sometido a ciertas supuestas leyes. Por el aislamiento al que Cuba se ha visto sometida, a veces hemos tenido que andar lento. Por ejemplo: Ojalá pudo sumarse a la distribución digital años después de estarse vendiendo nuestros discos por esa vía. Todavía no sabemos quiénes los vendían, aunque tenemos idea, por ciertos brotes posteriores a nuestra llegada al mundo digital. En cualquier caso nunca hemos vendido muchos discos. En “épocas de oro”, en el país tope de ventas nos reportaban algunas decenas de miles anuales. Sin embargo he notado que la música que hacemos ha seguido despertando interés, como si hubiera una suerte de “relevo de generaciones”. Eso quiere decir que, al menos en algunos casos, el márquetin no lo es todo.
A propósito de David Bowie, su muerte en enero pasado fue una de las partidas artísticas más impactantes de los últimos años. ¿Tuvo alguna relación con su música y con su figura, le sorprendió también esta noticia?
Sé que Bowie fue un músico importante, pero lamentablemente no conozco mucho su obra. Espero ir reparando esa deficiencia.
Tras una trayectoria tan consolidada y después de décadas en el trabajo artístico y musical, ¿qué lo motiva a seguir presentando nuevas canciones, nuevos discos? ¿Existe la misma motivación que tenía hace 30 o 40 años, el mismo grado de ansiedad o expectativa?
No me parece que tenga las mismas motivaciones o expectativas de hace 4 o 5 décadas. Lo que sucede es que la canción y la música, que empezaron siendo una imperiosa necesidad de expresión, acabaron por convertirse en algo parecido a un oficio. Puede parecer raro, pero la insistencia durante tantos años en lo mismo me ha transformado en una suerte de profesional de la comunicación.
¿Qué es lo que más ha cambiado en usted cuando se enfrenta hoy a la coyuntura de editar un nuevo trabajo?
Lo que más ha cambiado es que antes estaba loco por publicar, y ahora le doy largas al momento de la edición, porque nada me parece realmente terminado.
La presentación de Amoríos subraya que se trata de canciones de amor que usted compuso entre los años 60 y 80. ¿Cómo fue el trabajo de rescate de estas composiciones y por qué decidió grabarlas y darles una nueva vida en el presente?
En realidad no fue un trabajo de rescate. Yo tenía todas esas canciones en la memoria. Sabía que les debía su presentación pública. La tetralogía estuve a punto de realizarla varias veces, en ocasiones con distintos formatos, pero siempre sonando como fue concebida. Otros temas los recompuse o retoqué en el proceso de grabación. Suelo hacer eso hasta el último momento.
Según las reseñas, las creaciones más antiguas de Amoríos datan de 1967, un año de muchísima eclosión cultural en todo el planeta. ¿Tiene algún recuerdo en específico de ese año, que los registros han inmortalizado como el año del verano del amor, Sargent Pepper, la psicodelia, el inicio de los grandes festivales de música, la liberación femenina, el Encuentro de la canción protesta en Cuba y, en su caso, su primera aparición en TV? 
En 1967 yo terminé mi servicio militar. Después de tres años de encierros empecé a “descubrir el mundo”. Al día siguiente de desmovilizarme empecé a mostrar mis canciones en la televisión. Aquello fue un cambio muy grande para mi. La canción más antigua de Amoríos es un bolero que les gustaba a Julio Cortázar y a Félix Grande: “Qué distracción”. La incluí pensando en ellos.
¿Por qué sintió que hoy era necesario editar un disco con canciones de cierto corte romántico y que hablan de las relaciones de pareja? ¿Hay alguna motivación puntual?
Tenía deuda con esas canciones. Todavía le debo atención a algunas otras.
¿Cómo es trabajar hoy canciones de un pasado que, a simple vista, parece tan remoto, escritas cuando usted tenía 20 o 30 años? ¿se disfrutan de otra manera hoy, se pueden corregir errores, agregar matices antes no advertidos?
Hay canciones que pierden su vigencia y hay canciones que no, que a pesar del tiempo conservan valores. Y respecto a alterar lo que uno hizo: a diario escuchamos letras adulteradas y acordes sustituidos por “nuevas interpretaciones”. Es increíble, pero nadie protesta por esos latrocinios. Por eso no me explico cómo puede causar extrañeza que un autor enmiende su propia plana. Es kafkiano.
Amoríos, ¿qué lugar ocupa hoy en su trayectoria y discografía? ¿Qué relevancia le ve a un álbum con este carácter, de alguna manera basado en el rescate de temas pasados?
Todos mis trabajos discográficos, sin excepción, tienen canciones de mi primera etapa. Y es que yo empecé a componer 10 años antes de grabar mi primer disco. Amoríos es mi título número 19. Lo aclaro porque se dice que tengo más de 20 discos y no es cierto. Es verdad que varios de mis discos son dobles, y que incluso hay dos triples: Tríptico y Silvio en Chile. A Amoríos le doy la relevancia de un trabajo hecho tras medio siglo de trayectoria. Ni más ni menos.
Gran parte del último tramo de su discografía tiene sus bases artísticas en la música orquestada o en el jazz, lo que, en todo caso, siempre ha estado presente de alguna manera en su creación. De hecho, Amoríos lo grabó con un cuarteto de jazz. ¿Considera que este estilo tiene un rol más protagónico y omnipresente en sus últimos trabajos?
Mi trabajo anterior, Segunda cita, también lo grabé básicamente con un cuarteto. Sin embargo Amoríos suena diferente: es otro repertorio y son otros músicos, excepto Oliver Valdés. La razón de usar ese formato es que me gusta la música acústica, es un sonido que nunca va a pasar de moda. O eso supongo.
¿Qué lugar cree que ocupa la trova en la escena musical actual, ya sea de Latinoamérica o del mundo?
Muchas canciones surgen de la trova, es decir, de autores que componen con guitarra. Después los temas crecen, porque no sólo los intérpretes, también los autores tenemos más instrumentos sonando en la cabeza. Pero la guitarra es la madre de la mayoría de las canciones que escuchamos.
En el último tiempo, ¿piensa o imagina a momentos la idea del retiro artístico o del retiro de los escenarios o, muy por el contrario, lo ve como una determinación aún lejana y que no contempla en lo inmediato?
La verdad es que desde hace años estoy bastante retirado de los escenarios. Suelo hacer sólo una gira al año, y no muy larga. El resto del tiempo lo paso haciendo un concierto cada mes en un barrio diferente. El próximo septiembre cumpliremos 6 años de esas actividades. Será el concierto número 76 de la gira por los barrios. Si llega el día en que tampoco haga esto, supongo que me entretendré silbando melodías.
En marzo pasado, Barack Obama realizó una histórica visita a Cuba. ¿Siguió de cerca esta noticia y le pareció importante su presencia en La Habana?
¿Qué si me pareció importante que un presidente de los Estados Unidos haya venido a La Habana?… Hacía casi un siglo que eso no pasaba, y mucho menos que un presidente norteamericano admitiera que la política de Estados Unidos contra Cuba era un fracaso.
¿Qué cree que aportó o va aportar en lo concreto la presencia de Obama en su país, el hecho de que lo haya visitado por un par de días? ¿Seguirá fortaleciendo las relaciones con EE.UU.?
Es de esperar que las relaciones EEUU-Cuba se fortalezcan, aunque todo el mundo coincide en que para llegar a una verdadera normalización es imprescindible que se acabe el bloqueo (o embargo) contra Cuba. Ojalá eso suceda más temprano que tarde.
En ese mismo mes de marzo, The Rolling Stones también pasó por La Habana con un show gratuito y se transformó en la primera megabanda del rock anglo en realizar un concierto en su país. ¿Qué le pareció esta iniciativa y cree que un evento así puede marcar una apertura de Cuba hacia la cultura anglo, una suerte de nueva etapa?
Hay una fuerte relación entre la cultura cubana y la norteamericana. Es un intercambio, una influencia recíproca que se viene dando desde principios del siglo XX. Después del triunfo de la revolución ha habido varios conciertos de intercambio, empezando por el celebérrimo Havana Jam de 1979, que reunió a figuras como Earth, wind & fire, Billy Joel, Jaco Pastorius, Kris Kristofferson, Fania All Stars, John McLaughlin, y en el que por Cuba participaron Irakere, Elena Burke, Pablo Milanés, Sara González, la Orquesta Aragón y otros. Fue un intercambio inolvidable que duró 3 días, en el teatro Carl Marx. El concierto reciente de los Rolling Stones fue también muy gustado; fue muy bien promocionado y además al aire libre. Creo que nuestras culturas nunca han tenido problemas de relación. Históricamente no se puede decir lo mismo de la política, aunque es obvio que ha habido mejoras.
¿Fue al show o, en caso que no haya ido, pensó en ir?
Fui con mi familia al show de los Stones y nos gustó mucho haber ido.
¿Le gustan o le gustaban los Rolling Stones? ¿los escuchaba en su juventud?
Los escuché en mi juventud. No tanto como a The Beatles, pero los escuché y siempre les he tenido aprecio. Creo que son buenos músicos.
Hagamos un poco de proyección ficticia: si tuviera que escoger un solo nombre de la música anglo para poder ver en Cuba, para que realizara un recital en su país, ¿a quién le gustaría ver en La Habana?
Inmediatamente pienso en Stevie Wonder. Y, si fueran dos, agregaría a Dylan. Acaso sería mejor que fueran ambos, y también muchos otros.
¿Cree que Cuba se ha puesto de moda, que hoy se ha convertido en un epicentro apetecido por músicos, cineastas, organizadores de desfiles de moda, etc.? ¿Qué le parece eso y como la población podría aprovecharlo?
Antes que nada, aún no se ha levantado totalmente la prohibición de visitar a Cuba que pesa sobre el pueblo norteamericano. Sin embargo, sobre todo desde los Estados Unidos, hay un incremento constante de visitas por el acápite de los intercambios culturales y científicos, además de ciertos acuerdos con navieras turísticas y líneas aéreas que han multiplicado sus arribos. Cuba ha estado prohibida durante décadas; incluso borraron la isla de los mapas turísticos. Puede que Cuba esté de moda entre quienes no han podido visitarla y también entre algunos que no se atrevieron a visitarla antes: me refiero a cierto tipo de personas que atraen a la prensa o que tiene que ver con los negocios. Todo eso es posible y no creo que haya que asustarse, excepto que tenemos que trabajar por un país apto cada vez para más visitantes. Eso es bueno para Cuba y no sólo económicamente, porque ayuda a desbaratar cierta mitología negativa que se tejió durante décadas.
También se lo pregunto por un texto de Iroel Sánchezpublicado en su blog Segunda  cita hace algunos días, en el que, entre otros puntos, afirma: “El cambio en la política estadounidense hacia Cuba ha convertido lo que era herejía en moda y la visita a la Isla ha pasado de estar prohibida a ser un buen negocio para la gran industria cultural”.
El texto de Iroel está fundamentado en evidencias. Aunque creo que no se trata solamente de mostrar a Cuba como negocio para la industria cultural. También hay un sector que lleva años tratando de convencer a los políticos de Washington del acercamiento. Me refiero a grupos considerablemente poderosos que esperan beneficiarse económicamente. Que haya conciertos de famosos y visitas de firmas exclusivas es una forma gentil de mostrar que Cuba no es tan rara como la han pintado. Acaso sea un punto de coincidencia de los antagonistas, por supuesto que por razones diferentes: a ciertos hombres de negocios les interesa Cuba como posibilidad económica, y a Cuba le interesa romper las ataduras del bloqueo.
Con la muerte de Chávez y la salida de Cristina Fernández de la presidencia de Argentina, ¿cree que la izquierda está retrocediendo y perdiendo influencia en las esferas de poder de Latinoamérica?
Tras mis casi 70 años de vida tengo la impresión de que los avances y retrocesos, tanto de la izquierda como de la derecha, son transitorios. Me parecen una respiración, o como ese instante en que se eleva un pie del suelo hasta que volvemos a posarlo. Hay quienes lo ven como un péndulo.
En los últimos meses, Estados Unidos ha asistido al crecimiento y al fortalecimiento de Donald Trump como candidato del Partido Republicano para las elecciones presidenciales de 2016. De hecho, sus ideas han avanzado de manera amplia y han recibido gran tribuna en medios de todo el mundo. ¿Qué le parece que un país que precisamente se está abriendo a Cuba en el último año baraje como opción de gobierno a un político que ha insultado públicamente a los inmigrantes y que se opone férreamente a su llegada?
Me pregunto si Trump presidente eliminaría la “ley de ajuste cubano”.
Y, de paso, ¿qué le parece Donald Trump?
Un show en el país de los shows.
¿Qué futuro proyecta o imagina para Cuba el día en que no esté ni Fidel ni Raúl? ¿Qué es lo que más anhelaría que sucediera?
Espero que continúe todo lo bueno que consiguió para el pueblo la Revolución, y que en algunos aspectos se profundice todavía más.
Esta semana, un militar chileno llamado Pedro Barrientos fue condenado en Estados Unidos por el asesinato de Víctor Jara. ¿Qué le parece que se haga justicia en este caso casi 40 años después de su crimen y, por lo demás, en el país que orquestó el golpe de estado contra Salvador Allende?
Lo justo sería que ese asesino cumpliera la condena que sin dudas merece. Creo que todos, pero especialmente los chilenos, debiéramos pronunciarnos fuertemente al respecto.
¿Qué planes inmediatos tiene para el resto del año?
Seguir haciendo conciertos en los barrios y seguir grabando.
¿Hay alguna opción de que pueda mostrar este disco pronto en Chile?
Algunas canciones de Amoríos las hicimos en el 2015, en el Santiago Arena.
En abril pasado, el presidente Patricio Aylwin falleció en Santiago. Como sabrá, fue el mandatario que lideró la transición a la democracia tras la dictadura de Pinochet y precisamente la persona que gobernaba Chile cuando usted ofreció ese legendario concierto de 1990 en el Estadio Nacional. ¿Tuvo alguna clase de vínculo con él o la posibilidad de poder conversar en esos años?
Hubo un momento en que pareció que Aylwin me iba a recibir, cuando fuimos en 1990, pero después lo hizo el Ministro de la Presidencia. Recuerdo que a aquel gobierno no le gustó mucho que yo visitara una cárcel de Santiago, donde había algunos revolucionarios presos; pero la verdad es que no nos lo negaron y que fui bien recibido por las autoridades de aquel centro, donde incluso canté unas canciones.
Finalmente: yo lo he entrevistado varias veces a lo largo de los años y siempre debe ser por correo electrónico. ¿Por qué prefiere dar las entrevistas en esta modalidad?
Porque escribiendo se puede corregir y hablando no.

lunes, 20 de junio de 2016

LLegó Fito a La Habana: el concierto acá será una bomba



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Con la presentación en La Habana Fito cierra su gira latinoamericana.
Con la presentación en La Habana Fito cierra su gira latinoamericana.
Por: Yoe Suárez
El cantante argentino Fito Páez aribó hoy a La Habana para festejar en un gran concierto los 30 años de su disco Giros, con los mismos rizos pero esta vez surcados en grises.
En respuesta a una pregunta de Prensa Latina el autor de “El amor después del amor” subrayó que Cuba es su casa, un lugar donde se siente amado, cuestionado protegido, y por eso está seguro que “el concierto acá será una bomba”.
El rockero rosarino explicó en la sede de PM Records, que interpretará el lunes en elteatro Karl Marx todos los temas del CD “Giros” y al final cometerá “un disparate”, pues entonará hits de otros momentos de su carrera musical iniciada en aquel lejano 1979 cuando fundó el efímero grupo Neolalia con amigos del colegio.
“La Habana es un buen lugar para todo” señaló durante una conferencia de prensa, refiriéndose a la decisión de cerrar en esta capital la gira latinoamericana por las tres décadas de la producción discográfica que lo consagrara como un ícono del género en el continente.
“Ahí están todas las influencias del rock argentino”, subrayó Páez que en 1992 con su grupo se convirtió en la primera banda de habla hispana que tocara en la Plaza de la Revolución, con más de 40 mil asistentes según algunos sondeos de la época.
El músico agradeció al trovador Pablo Milanés, a quien debió su primera visita a la isla y a quien debe este retorno treintañero. El cubano compartirá escenario en un Karl Marx con todas las entradas vendidas a dos días del espectáculo, de acuerdo con autoridades de PM Records, organizadora del show.
“En noviembre de 1986 asesinan a mi abuela y a mi tía abuela, yo estaba muy frágil en aquellas circunstancias, grabo el dico “Giros” sobre todo aquel momento -recordó Páez- y Pablo Milanés me invita a venir al Festival de Varadero”.
“Aquella visita me salvó la vida”, comentó el intérprete de “Yo vengo a ofrecer mi corazón”, que dio la última presentación en la isla junto con su banda 23 años atrás.
La relación con la mayor de las Antillas se prolongó a partir de ese instante que nada deja de emocionarlo, puntualizó, “incluso, cuando en los 90 a los pollos flacos los cubanos les llamaban Fito Páez”.
Interrogado sobre la situación del rock que se hace en el continente subrayó, pulover arremangado, que las multinacionales disqueras están marginándolo.
“Estamos cansados de ver al tipo rascándose los huevos, empinado de la botella y rodeado de putas y autos caros. Eso no es América”, dijo.
Páez cuenta en su palmarés con cinco premios Grammy Latinos y fue reconocido en 1995 con el Premio Konex de Platino como el mejor compositor de rock de la década en Argentina.
Más recientemente incursiona como realizador, pero sin prisa, añadió antes de dar por terminada el encuentro con los medios, porque mientras tanto prepara un nuevo disco.
(Con información de Prensa Latina)

martes, 14 de junio de 2016

Artistas y escritores cubanos rechazan hechos vandálicos contra el sitio que guarda los restos mortales de Alí Primera

Los escritores y artistas cubanos compartimos la indignación del pueblo venezolano ante la profanación, el pasado domingo 12 de junio, del sitio que guarda los restos mortales del gran cantor Alí Primera, en la localidad de Paraguaná, estado Falcón

Alí primeraFoto: El Periódico Venezolano

13 de junio de 2016 17:06:57


Los escritores y artistas cubanos compartimos la indignación del pueblo venezolano ante la profanación, el pasado domingo 12 de junio, del sitio que guarda los restos mortales del gran cantor Alí Primera, en la localidad de Paraguaná, estado Falcón.

Ese acto vandálico, que dañó el busto de quien fue uno de los intérpretes populares de la canción latinoamericana y promotor consecuente del arte al servicio de los ideales humanistas y de justicia social, reveló nuevamente la catadura moral de los elementos fascistas que pretenden crear el caos, entronizar la violencia y derrocar al gobierno legítimo de ese país.

Atentar contra los valores culturales es consustancial al fascismo. Ahora se ataca a un símbolo, mañana pudiera ser cualquiera otra expresión e incluso hasta la integridad física de los propios creadores. En el siglo pasado asistimos a la quema de libros y obras de arte. El martirio al que fue sometido Víctor Jara nos duele en la memoria.

Al manifestar nuestro enérgico repudio a un hecho denigrante, los intelectuales y artistas cubanos reiteramos nuestra solidaridad con la causa bolivariana y confiamos en que pueda vencer la arremetida de la oligarquía y la injerencia imperial.

La Habana, 13 de junio de 2016

Presidencia de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba

martes, 7 de junio de 2016

Electa Cuba miembro del Comité para Salvaguardia de Patrimonio Cultural de Unesco

Granma • Cuba 
lajiribilla@lajiribilla.cu
Cuba resultó electa miembro del Comité Intergubernamental para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). 
Durante la VI Asamblea General de Estados Partes de esa Convención, el Grupo de América Latina y el Caribe dio su endoso para que, junto a la isla, Guatemala y Colombia sean los representantes regionales ante este importante órgano intergubernamental, destaca Prensa Latina.
De tal forma, la nación caribeña ocupará por un período de cuatro años (2016-2020) uno de los 24 escaños del Comité.
El mismo tiene el mandato de examinar las peticiones de los Estados Partes para inscribir nuevos elementos en la Lista Representativa de la Convención; en la Lista de salvaguardia urgente; en el Registro de programas, proyectos y actividades; y las solicitudes de asistencia del Fondo Internacional de Patrimonio Cultural Inmaterial.
Cuba tiene dos expedientes presentados para examen ante el Comité: la candidatura de La Rumba cubana, para su eventual inscripción en la Lista de Patrimonio Inmaterial de la UNESCO, en el año 2016; y El Punto Cubano, cuyo examen estaría previsto para 2017.
Muestra del valor patrimonial de la rumba, sus raíces y su significado en la cultura de la isla, fue la presentación de una clase de dicho ritmo musical en el contexto de la celebración de la Semana de América Latina y el Caribe en la Organización, resaltaron fuentes diplomáticas.
La delegación de la mayor de las Antillas que participa en la Asamblea, está encabezada por Gladys Collazo, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.
La integran además, la embajadora de Cuba en la UNESCO, Dulce María Buergo; y otros miembros de esa legación diplomática y de la Comisión Nacional Cubana.

martes, 24 de mayo de 2016

“House of Cards” y la ficción de los Derechos Humanos en Estados Unidos (+ Video)


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Ella es tan buena actriz como él, pero no son iguales. Foto: Netflix
Ella es tan buena actriz como él, pero no son iguales. Foto: Netflix
Claire Underwod es una mujer de sensual esbeltez a sus 48 años, pero fría, calculadora y maquiavélica. Roza con lo inescrupulosa y vil, pareciera que compite con su esposo, Frank Underwod, el POTUS de la serie “House of Card”, no solo por el poder político, sino por la malevolencia y la crueldad. Tanto es así que, a mi modo de ver como espectador, ha sido ese precisamente un elemento esencial en el éxito y, aunque parezca insólito decirlo, hasta un motivo de raro afecto hacia sus personajes en la serie que ya ronda en su cuarta temporada.
“House of Cards” es un dramatizado de corte político, que acapara la atención internacional desde su estreno el 1 de febrero del 2013. Como parte de su trama se adentra en el enrevesado sistema político norteamericano y su “democracia”, a partir de la ambición de sus protagonistas por llegar a lo más alto del poder político en ese país, a cualquier precio. Logra desnudar y mostrar casi tal cual son, desde el argumento del guion hasta la escenografía, todos los entresijos, inmoralidades y corrupción de la política norteamericana.
La caracterización del personaje de Claire está contrapuesta al simple significado que conforman las palabras “derechos humanos”. Sería una burla y hasta parte del cinismo asociarla en su condición de “first lady” como defensora de aquella Declaración Universal que en 1948 aprobó la Asamblea General de la ONU “como ideal común” de todos los pueblos del mundo.
Sin embargo, la vida transcurre más allá del plató. Y Robin Wright, la actriz que interpreta tan brillantemente este papel, acapara titulares por estos días, no por el protagónico en cuestión, sino por la denuncia al ultraje de sus Derechos Humanos como mujer en Estados Unidos.
Wright reveló en una reciente entrevista concedida a Judith Rodin, presidenta de la Fundación Rockefeller, la presión que tuvo que ejercer sobre Netflix, empresa del entretenimiento encargada de la serie, para recibir un pago igualitario con respecto a su compañero y coprotagonista Kevin Spacey (Frank Underwod).
Su reclamo parece sui generis, pero se une al de millones de mujeres que día a día ansían por ver cumplido este derecho en Estados Unidos. La afamada actriz planteó en la entrevista:
Es una pandemia, enfrentémoslo, la desigualdad. Las mujeres ganan el 82% de sus contrapartes masculinas, más o menos en promedio. Tienes que avergonzarlos y culparlos, y yo lo hice con mi programa recientemente. Les dije: quiero ganar lo mismo que Kevin (Spacey). Porque el paradigma es perfecto un ejemplo para usar, porque hay pocos programas de TV en los que el patriarca y la matriarca sean iguales y lo son en House of Cards. Revisé estadísticas y el papel de Claire Underwod es más popular que el de él durante un tiempo en esa temporada, así que capitalicé ese momento. Les dije: o me pagan o lo vuelvo público. Y lo hicieron”.
Robin traza su estrategia y habla de avergonzar y culpar, de paradigmas, de competencia y popularidad. Pero, ¿dónde quedan los instrumentos legales que amparan los derechos que le están siendo negados?
La Declaración Universal de los Derechos Humanos expresa que: “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos…” y más adelante agrega que “toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual”. Estados Unidos fue una de las 58 naciones que el 10 de diciembre de 1948 firmó dicha Declaración.
Y porque la vida tiene esa paradoja que desafía el más común de los sentidos, nos encontramos con que fue precisamente a una mujer norteamericana, Eleanor Roosevelt, viuda del presidente de EE.UU Franklin Delano Roosevelt, quien tuvo la responsabilidad de presidir la Comisión encargada de elaborar y proponer este documento.
Pero más allá del lenguaje virtuoso de tan trascendental Declaración, esta constituyó acicate para que se conformaran 61 instrumentos internacionales de Derechos Humanos sobre diversos tópicos, entre ellos precisamente los que protegen la igualdad de género, incluido el trabajo y el salario, sea hombre o mujer. Cabe mencionar por ejemplo: el “Convenio relativo a la igualdad de remuneración entre la mano de obra masculina y la mano de obra femenina por un trabajo de igual valor (1953) o “La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (1979)”. Esta última señala que, “Los Estados Partes adoptarán todas las medidas apropiadas para eliminar la discriminación contra la mujer en la esfera del empleo…” y se adentra en los derechos a iguales condiciones y salarios.
Y viene entonces a comprenderse la causa principal del reclamo de la actriz Robin Wright. Ninguno de estos dos instrumentos de Derechos Humanos figura en la lista de los 18 que Estados Unidos apenas ha suscrito y por lo que se aprecia tampoco cumple como debiera la Declaración Universal, que reconoce y que tanto usa a su antojo.
Sin embargo, Cuba, nación a la que desde ese país pretenden moralizar en paños muy menores, la situación es bien diferente. Entre los 44 instrumentos internacionales de los que la Isla es Parte, se encuentran los dos citados con anterioridad que protegen a la mujer de cualquier tipo de discriminación. Además, la Constitución de la República deja clara la igualdad salarial, sin distinción de sexo; y el Código del Trabajo, actualizado y aprobado en el 2014, consagra este derecho fundamental y además se proyecta en la protección de la mujer en el área laboral.
En los últimos meses el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz, ha sido enfático en la politización que se pretende contra Cuba en la manipulación inmoral del tema de los Derechos Humanos. Frente al Presidente Obama, durante su visita a La Habana en marzo pasado, señaló:
“¿Qué país los cumple todos…? Ninguno, unos cumplen unos, otros cumplen otros…. habrá otros que cumplan más, y muchos que cumplen menos. No se puede politizar el tema de los derechos humanos, eso no es correcto.
Meses antes, durante el debate general del 70 período de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 28 de septiembre de 2015, expresó que es inaceptable “que se distorsione la promoción y protección de los derechos humanos, utilizándolos de forma selectiva y discriminatoria para validar e imponer decisiones políticas.
… A pesar de que la Carta nos llama a “reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana”, el disfrute de los derechos humanos continúa siendo una utopía para millones de personas.”
El caso de Wright es una muestra, eso sí microscópica, del doble rasero en la manipulación del tema y a la vez el reflejo de las utopías pendientes. Su caso es la excepción de la regla. Su victoria, la de haber logrado una remuneración por igual trabajo respecto a un hombre, de cerca de medio millón de dólares por cada capítulo, no fue un acto de justicia o reivindicación social del sistema, sino de conveniencia comercial. Continuarán en el espectro social norteamericano toda una legión de mujeres discriminadas.
Un reporte en el sitio digital de CNN en español de noviembre del 2015 señala que en Estados Unidos, las mujeres ganan, más o menos, dos tercios de lo que los hombres reciben por el mismo trabajo, situación que ha empeorado respecto al año anterior. Actualmente el país ascendió a la posición 74 (en el 2014 ocupaba la 65) en cuanto a la igualdad salarial entre 145 naciones. Pero el panorama no es alentador. Según el Foro Económico Mundial en su más reciente informe sobre la Brecha de Género Global, este problema tardará 118 años en solucionarse.
La cuarta temporada de “House of Cards” superó las anteriores y dejó una estela de expectativas e incógnitas. En este escenario me pregunto si para la próxima entrega, Claire Underwod lanzará un proyecto legislativo por la igualdad de la mujer en la esfera laboral, y así ver cumplido este derecho aunque sea desde la ficción, o entrará en un dilema matrimonial y presidencial por ganar ella lo mismo que Frank Underwod. Estará por verse.

Robin Wright en entrevista concedida a Judith Rodin, presidenta de la Fundación Rockefeller


viernes, 20 de mayo de 2016

Cannes propone en su sección de clásicos filme cubano Memorias del Subdesarrollo

Memorias del subdesarrollo
La sección de clásicos del Festival Internacional de Cannes propone hoy el filme Memorias del Subdesarrollo (1968), considerado una obra emblemática del cine cubano.
Dirigido por Tomás Gutiérrez Alea (Titón) y basado en la novela homónima del escritor Edmundo Desnoes, es una historia personal que hubiera sido intrascendente de no ocurrir en los vertiginosos días de la Revolución, cuando todas las contradicciones se pusieron al rojo vivo, subrayan especialistas.
La película, con actores como Sergio Corrieri y Daisy Granados, entrega un monólogo interior con mirada a la calle, como es la novela de Desnoes.
Tiene como personaje central a Sergio, un pequeño-burgués que decide quedarse en el país cuando la familia se marcha hacia Estados Unidos. Expertos opinan que los imaginativos recursos expresivos, el perfecto guión y las logradas caracterizaciones, hacen de este audiovisual una obra maestra.
La película La larga noche de Francisco Sanctis, ambientada en el Buenos Aires de 1977, se exhibe este viernes en la sección Una cierta mirada, una de las más importantes del Festival, que concluye el 22 de mayo.
La cinta, de los realizadores Francisco Márquez y Andrea Testa, narra la historia de un padre de familia sin compromiso político, quien recibe en plena dictadura la información precisa de dos personas que los militares van a desaparecer.
Al ser una persona que no está involucrada en política y que se aleja de las controversias, se encontrará ante una encrucijada y deberá decidir si arriesga o no su propia vida para salvar las de otros.
(Con información de ACN)

lunes, 9 de mayo de 2016

Habanera.

Por Mario Benedetti y Joan Manuel Serrat


Es preciso ponernos brevemente de acuerdo:
aquí el buitre es un aura tiñosa y circulante,
las olas humedecen los pies de las estatuas
y hay mulatas en todos los puntos cardinales.
Los autos van dejando tuercas en el camino,
los jóvenes son jóvenes de un modo irrefutable.
Aquí el amor transita sabroso y subversivo
y hay mulatas en todos los puntos cardinales.
Nada de eso es exceso de ron o de delirio,
quizá una borrachera de cielo y flamboyanes.
Lo cierto es que esta noche el carnaval arrolla
y hay mulatas en todos los puntos cardinales.
Es preciso ponernos brevemente de acuerdo
esta ciudad ignora y sabe lo que hace.
Cultiva el imposible y exporta los veranos
y hay mulatas en todos los puntos cardinales.
Aquí flota el orgullo como una garza invicta,
nadie se queda fuera y todo el mundo es alguien.
El sol identifica relajos y candores
y hay mulatas en todos los puntos cardinales.
Como si Marx quisiera bailar el mozambique
o fueran abolidas todas las soledades.
La noche es un sencillo complot contra la muerte
y hay mulatas en todos los puntos cardinales.

miércoles, 4 de mayo de 2016

A propósito de un Héroe Nacional del Trabajo: La taza de miel

Cremata, en el momento de recibir del General de Ejército la estrella de oro de Héroe del Trabajo de la República de Cuba. Foto: Trabajadores.
Cremata, en el momento de recibir del General de Ejército la estrella de oro de Héroe del Trabajo de la República de Cuba. Foto: Trabajadores.
Mi primer recuerdo de nuestro encuentro de niños, fue cuando su padre y el mío nos llevaban a aprender natación en las piscinas del parque Martí. En realidad la amistad familiar venía de antes, cuando nuestras madres fueron compañeras de aula en la Escuela Normal de Maestros de La Habana, o quizás desde tiempos anteriores, cuando nuestras respectivas abuelas maternas compartían taquilla y acomodación en el cine Alameda.
El reencuentro definitivo fue en los camilitos, creo que una noche del invierno de 1971. Se celebraba una jornada de cultura dedicada al 2 de diciembre, XV aniversario del desembarco del Granma y de la creación de las FAR. Lo presentaron; pero para ser honesto, su nombre aún no me decía nada.
Era chiquito, flaco y cabezón como un fósforo. Arrastró una banqueta de madera y explicó que haría una representación teatral de un tal Marcos Behmaras, llamada “La taza de oro”, pero que como era de un solo actor, era un “monólogo”. Aquello era fuerte de digerir, porque con doce años recién cumplidos, aunque a uno lo devoraran las ansias de leer, todavía se pensaba más en jugar. Sin embargo, el “fósforo” nos embrujó y nos dejó pensando.
Compartimos más años de estudio que los imaginables: secundaria, preuniversitario y universidad. De la beca en Baracoa a la beca en la URSS. Fueron años de exámenes y de concursos de conocimientos, de competencias deportivas, de fiestas sabatinas, novias, y siempre de burlas, porque por mucho que maduró, sigue siendo un niño que juega.
En el medio, el desgarramiento brutal del que más de una vez he contado y que sacó mis rabias y definió de una vez y por todas, mi militancia y mi compromiso, cuando a él, mi amigo, le arrancaron al padre en el atentado terrorista de Barbados.
Entre cada página de esa primera vida, lo acompañó el teatro: El premio flaco, El asesinato de X, Dios te salve comisario, Contigo pan y cebolla, y alguna que otra improvisación dramatúrgica como la teatralización de West Indies Ltd., de Nicolás Guillén, o la vida del Che Guevara, contada para los soviéticos. En algunos de ellos actué bajo sus órdenes, lo suficiente como para convencerme de que lo mío era el periodismo y la prosa, y no el teatro.
Pero sí lo acompañé en cada debut escénico. Discípulo de la laboriosidad incansable que en su casa le enseñaron como culto a la dignidad humana, él convirtió la creación en un derroche infinito y solidario de todo el amor recibido y necesitado. Un amor reflexivo, pensante, que conmueve. Y cuando uno se levanta de la butaca, sale a la calle a cambiar el mundo, para hacerlo mejor. Su obra mayor es la colmena, hoy multiplicada por toda Cuba y por el mundo; y su hueste de abejitas repartidoras de miel.
Le dicen Tin, porque así le decía su padre, y así le dicen su madre y sus hermanos, y los niños y sus familias, sus compañeros de trabajo, algunos amigos y admiradores. ¡Hasta sus hijas, cuando comparten con él las tablas! Pero nunca he podido decirle así. En cambio, me persigue aquella imagen del fósforo que ardía, mientras repartía miel con una taza, una noche de invierno en los camilitos.
Uno tiene consciencia de lo trascendente de su vida al verlo reconocido como Héroe del Trabajo. En realidad, él, Carlos Alberto Cremata Malberti, ya era hace rato para muchos de nosotros “el Crema”. Simplemente, “Crema”. No hay otro apelativo que nos devuelva el heroísmo de su entrega que esa apócope de su apellido –expresión muy cubana de lo mucho bueno que es este ser humano, nacido para verter en los demás toda la miel de su taza.

lunes, 25 de abril de 2016

“No hay cine independiente si no hay país independiente.”

Por Julio García Espinosa

Julio García Espinosa fue uno de los principales fundadores del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), del que llegó a ser presidente. También, de 2004 a 2007, estuvo al frente de la prestigiosa Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños. Murió en La Habana el pasado 13 de abril, a los 89 años. Recibió el Premio Nacional de Cine en el 2004, y estas fueron sus palabras, que hoy recordamos como homenaje a su memoria.
Gracias. Muchas gracias por este reconocimiento, por hacerme sentir que estoy en el ICAIC como el ICAIC está en mí. Como está en ustedes sean o no fundadores, sean o no trabajadores del ICAIC. Por que el ICAIC es una actitud, una actitud ante el cine, ante la cultura, ante la vida.
El mundo es hoy como un péndulo que se mueve entre demasiadas tinieblas y pocas luces. El largo camino hacia la luz es más que nunca nuestro propio camino. El de los cineastas cubanos, el de los cineastas latinoamericanos, el de los cineastas de todas partes.
El ICAIC aprovechó el pensamiento de avanzada, generado por la propia Revolución, para desarrollar la individualidad de los cineastas. También para no confundir conciencia con autocensura. Todos sabemos que la realidad no es solo la actualidad que divulgan las transnacionales. Como sabemos que la crítica no es crítica reveladora si no está sustentada por un pensamiento abierto y emancipador.
El ICAIC nos integró a nuestra Cultura. Nos hizo sentir que de ella venimos, que a ella volvemos, que nos retroalimentamos con ella, que con ella crecemos. No ha sido otra la manera de abrirnos al mundo, de resistir al mimetismo, de propiciar la diversidad, de rechazar el mercado que uniforma y estanca.
El ICAIC unió nuestro destino al destino del cine latinoamericano y caribeño. El Proyecto de la gran patria común se hizo múltiple e indivisible. La vanguardia artística y la vanguardia política nunca estuvieron más unidas que en esos primeros años. Cerrar el ciclo colonial, que padecemos desde hace más de cinco siglos, marcó el aliento a lo mejor de nuestras cinematografías.
El ICAIC puso barreras al fomento del populismo, del pensamiento mágico, de la semicultura que siempre ha sido peor que la ignorancia. Abrió puertas y ventanas a toda la información fecunda, al debate indispensable, a la circulación de ideas, a la confrontación de nuestras propias contradicciones. Ante el desprecio a nosotros mismos, en el que habíamos sido educados, propugnó la autoestima sin dejar de promover la autocrítica, rescató nuestra historia, borró la falsa dicotomía entre tema histórico y tema contemporáneo, demostró que podía haber más contemporaneidad en un tema histórico que en uno de la actualidad.
El ICAIC ha sido consecuente con el principio de que no hay verdadera libertad del creador si no hay libertad para el espectador. Llevar el cine hasta el último rincón del país, descolonizar las pantallas, garantizar al espectador su derecho a ver cine de todas partes, su derecho a elegir, a disponer de una mayor exigencia para medir nuestra propia producción, ha sido política cimera del ICAIC, la que lo diferenció de cualquier otra cinematografía del mundo.
El ICAIC , por otra parte, no ha dejado de tener sus momentos de locura como corresponde a cualquier institución artística que se respete. Cuando vienen a mi mente las obras de arte que ha realizado el ICAIC, la persistencia en buscar otras formas de narrar historias, no puedo dejar de pensar en aquellas otras obras que han sido productos de esfuerzos colosales, de empeños desmesurados, no pueden dejar de venir a mi mente aquellas producciones que pusieron en tensión a todo el ICAIC, que fueron verdaderos desafíos para todos los trabajadores del ICAIC. En épocas tempranas, esfuerzos titánicos lo fueron, “Soy Cuba” y “El Otro Cristóbal”. Como fueron esfuerzos descomunales “Una pelea cubana contra los demonios” y “Los Días del Agua”, y, realizándose prácticamente al mismo tiempo, “El Siglo de las Luces” y “Me Alquilo para soñar”. Aún en un arte como el cine que al mismo tiempo es industria, que exige mucha organización y mucha disciplina, la desmesura no tiene por que estar excluida. Una gota de locura requiere todo proyecto artístico. Eso lo saben muy bien productores, técnicos, trabajadores en general, que han sabido afrontar todo tipo de dificultades, que han realizado proezas que no paga ningún sistema salarial.
Toda esta herencia de la cual forma parte mi vida, quiero dedicársela, desde luego, a Lola que tanto complementa mi vida, a mis hijos y a mis niñas del alma. También a las nuevas generaciones, a los que se forman hoy en el ISA y en San Antonio.
¿Que más puedo decir? Que todo comenzó hace medio siglo cuando Titón y yo llegamos de Europa y nos unimos a Alfredo. Tres caracteres distintos, una sola pasión: el Cine Cubano. Un Cine que se quería plural, un Cine convencido de que no hay cine independiente si no hay país independiente.
Me siento muy orgulloso de ser contemporáneo de Alfredo y de Titón.
Como me siento muy orgulloso de ser contemporáneo de artistas como
Silvio y Pablo.
Y, por supuesto, me siento orgulloso, muy orgulloso, de ser contemporáneo de Raúl, de Camilo, del Che y de Fidel.