lunes, 25 de abril de 2016

“No hay cine independiente si no hay país independiente.”

Por Julio García Espinosa

Julio García Espinosa fue uno de los principales fundadores del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), del que llegó a ser presidente. También, de 2004 a 2007, estuvo al frente de la prestigiosa Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños. Murió en La Habana el pasado 13 de abril, a los 89 años. Recibió el Premio Nacional de Cine en el 2004, y estas fueron sus palabras, que hoy recordamos como homenaje a su memoria.
Gracias. Muchas gracias por este reconocimiento, por hacerme sentir que estoy en el ICAIC como el ICAIC está en mí. Como está en ustedes sean o no fundadores, sean o no trabajadores del ICAIC. Por que el ICAIC es una actitud, una actitud ante el cine, ante la cultura, ante la vida.
El mundo es hoy como un péndulo que se mueve entre demasiadas tinieblas y pocas luces. El largo camino hacia la luz es más que nunca nuestro propio camino. El de los cineastas cubanos, el de los cineastas latinoamericanos, el de los cineastas de todas partes.
El ICAIC aprovechó el pensamiento de avanzada, generado por la propia Revolución, para desarrollar la individualidad de los cineastas. También para no confundir conciencia con autocensura. Todos sabemos que la realidad no es solo la actualidad que divulgan las transnacionales. Como sabemos que la crítica no es crítica reveladora si no está sustentada por un pensamiento abierto y emancipador.
El ICAIC nos integró a nuestra Cultura. Nos hizo sentir que de ella venimos, que a ella volvemos, que nos retroalimentamos con ella, que con ella crecemos. No ha sido otra la manera de abrirnos al mundo, de resistir al mimetismo, de propiciar la diversidad, de rechazar el mercado que uniforma y estanca.
El ICAIC unió nuestro destino al destino del cine latinoamericano y caribeño. El Proyecto de la gran patria común se hizo múltiple e indivisible. La vanguardia artística y la vanguardia política nunca estuvieron más unidas que en esos primeros años. Cerrar el ciclo colonial, que padecemos desde hace más de cinco siglos, marcó el aliento a lo mejor de nuestras cinematografías.
El ICAIC puso barreras al fomento del populismo, del pensamiento mágico, de la semicultura que siempre ha sido peor que la ignorancia. Abrió puertas y ventanas a toda la información fecunda, al debate indispensable, a la circulación de ideas, a la confrontación de nuestras propias contradicciones. Ante el desprecio a nosotros mismos, en el que habíamos sido educados, propugnó la autoestima sin dejar de promover la autocrítica, rescató nuestra historia, borró la falsa dicotomía entre tema histórico y tema contemporáneo, demostró que podía haber más contemporaneidad en un tema histórico que en uno de la actualidad.
El ICAIC ha sido consecuente con el principio de que no hay verdadera libertad del creador si no hay libertad para el espectador. Llevar el cine hasta el último rincón del país, descolonizar las pantallas, garantizar al espectador su derecho a ver cine de todas partes, su derecho a elegir, a disponer de una mayor exigencia para medir nuestra propia producción, ha sido política cimera del ICAIC, la que lo diferenció de cualquier otra cinematografía del mundo.
El ICAIC , por otra parte, no ha dejado de tener sus momentos de locura como corresponde a cualquier institución artística que se respete. Cuando vienen a mi mente las obras de arte que ha realizado el ICAIC, la persistencia en buscar otras formas de narrar historias, no puedo dejar de pensar en aquellas otras obras que han sido productos de esfuerzos colosales, de empeños desmesurados, no pueden dejar de venir a mi mente aquellas producciones que pusieron en tensión a todo el ICAIC, que fueron verdaderos desafíos para todos los trabajadores del ICAIC. En épocas tempranas, esfuerzos titánicos lo fueron, “Soy Cuba” y “El Otro Cristóbal”. Como fueron esfuerzos descomunales “Una pelea cubana contra los demonios” y “Los Días del Agua”, y, realizándose prácticamente al mismo tiempo, “El Siglo de las Luces” y “Me Alquilo para soñar”. Aún en un arte como el cine que al mismo tiempo es industria, que exige mucha organización y mucha disciplina, la desmesura no tiene por que estar excluida. Una gota de locura requiere todo proyecto artístico. Eso lo saben muy bien productores, técnicos, trabajadores en general, que han sabido afrontar todo tipo de dificultades, que han realizado proezas que no paga ningún sistema salarial.
Toda esta herencia de la cual forma parte mi vida, quiero dedicársela, desde luego, a Lola que tanto complementa mi vida, a mis hijos y a mis niñas del alma. También a las nuevas generaciones, a los que se forman hoy en el ISA y en San Antonio.
¿Que más puedo decir? Que todo comenzó hace medio siglo cuando Titón y yo llegamos de Europa y nos unimos a Alfredo. Tres caracteres distintos, una sola pasión: el Cine Cubano. Un Cine que se quería plural, un Cine convencido de que no hay cine independiente si no hay país independiente.
Me siento muy orgulloso de ser contemporáneo de Alfredo y de Titón.
Como me siento muy orgulloso de ser contemporáneo de artistas como
Silvio y Pablo.
Y, por supuesto, me siento orgulloso, muy orgulloso, de ser contemporáneo de Raúl, de Camilo, del Che y de Fidel.

jueves, 21 de abril de 2016

Silvio Rodríguez: “La poesía y la música tienen, sobre todo, el poder de acompañarnos”

Silvio Rodríguez. Foto: David Fernández/ La Voz de Galicia
Silvio Rodríguez. Foto: David Fernández/ La Voz de Galicia
Por Carmen Lozano
Tras su reciente actuación en Barcelona, el mayor símbolo de la canción cubana revolucionaria llega el próximo domingo a Córdoba para ofrecer el sexto de los nueve conciertos que dará en su regreso a España después de nueve años de ausencia. No le gusta realizar entrevistas telefónicas ni en vivo, pero el cantautor, guitarrista y poeta cubano Silvio Rodríguez está dispuesto a contestar todas las preguntas que se le envían por correo electrónico, como hace en esta entrevista, en la que habla, aunque muy escuetamente, de sus últimos proyectos, de los cambios sociales y tecnológicos, del futuro de su país y, sobre todo, de la música y de las canciones que ofrecerá a su público español, que abarca ya tres generaciones.
Amoríos, su último disco, integrado por canciones compuestas entre 1967 y 1980 que no había llegado a grabar, será el centro de la actuación que ofrecerá el domingo en el Teatro de la Axerquía de Córdoba, pero no dejará atrás algunos de los grandes clásicos de su extensa carrera, dominada por un original movimiento en la música de la isla caribeña: la Nueva Trova. Durante todos los conciertos de esta gira, estará acompañado por el Trío Tovarroco (formado por Rachid López, Cesar Bacaró y Mikel Elizarde), la flautista y clarinetista Niurka González y Oliver Valdés en la batería y la percusión, así como Jorge Reyes en el contrabajo, Jorge Aragón en el piano y Emilio Vega en el vibráfono.
--Hace mucho que no canta en España. ¿Le gusta volver?, ¿por qué ha tardado tanto?
–Por supuesto que me gusta volver. Y, por lo visto, he tardado, y no porque haya perdido el camino de regreso.
–¿Sigue siendo un trovador?
–Claro que sigo siendo trovador, y persona también.
–De su amplio repertorio, además de las canciones del disco Amoríos , ¿qué otros temas ha elegido para esta gira?
–Vamos a hacer un poco de varias etapas. Para eso, llevaremos dos formatos instrumentales: uno más cercano a la trova y otro más jazzístico.
–Tiene muchos seguidores en este país desde su más temprana adolescencia. ¿Qué clase de público encuentra ahora en sus conciertos? ¿De distintas edades?
–En mis conciertos pueden coincidir tres generaciones, pero en Latinoamérica suele haber mucha juventud.
–Cuba está en proceso de cambio. ¿Qué espera del restablecimiento de las relaciones con EEUU?
–Espero respeto, comprensión y, por supuesto, intercambio. Aunque siempre espero más de nosotros mismos.
–¿En qué puede afectar a la música, a las personas que quieren vivir de las artes escénicas en general en Cuba? ¿Cree que se abre un amplio abanico de oportunidades para la isla?
–Espero que sí.
–¿Qué opina sobre la aparición de nuevas corrientes políticas en España que pretenden acabar con el bipartidismo?
–Sobre esto, prefiero escuchar lo que dicen ustedes, ya que este es un asunto interno vuestro y es a ustedes a quienes corresponde decidir cómo llevarlo. Pero, si me pregunta, le diría que comprendo más fácilmente los argumentos de Podemos y de Izquierda Unida.
–Mantiene la comunicación con sus seguidores a través de un blog. ¿Qué piensa de las nuevas tecnologías, de internet?
–Internet es un paso tecnológico más en la historia de la comunicación universal; uno importante, porque permite la interacción. De ninguna manera internet es un fin en sí mismo. Como toda tecnología, depende del uso que hagamos de ella.
–¿Y como vehículo para la música?
–Hasta ahora, todos los contenidos y las formas caben en internet, aunque, por el momento, solo es posible trasmitir copias, no originales.
–Hablando de cambios. ¿Cómo ve el mundo de la música? ¿Muy distinto a como era cuando comenzó usted?
–Cuando yo empezaba, grabar una canción era un privilegio de muy pocos. Hoy se graba y se filma hasta con los teléfonos. La tecnología está acercando muchas cosas. Pero otras, como la calidad de la música, siguen teniendo las mismas exigencias, al menos para mí.
–¿Qué poder tienen la poesía y la música?
–La poesía y la música, sobre todo, tienen el poder de acompañarnos.
–¿A quién le hubiera gustado conocer?
–A José Martí, a Francisco de Quevedo, a Vincent Van Gogh, a Jack London y a dos o tres más.
–¿Considera que Europa debeaceptar a los refugiados de guerra? ¿Y Latinoamérica?
–Es muy justo que Europa asuma la responsabilidad que tiene en esas tragedias.
–¿Qué canción necesita el mundo con urgencia?
–Cualquiera que siembre cosas buenas.
–¿Qué ve cuando se mira al espejo?
–Hace un tiempo veía a mi papá, ahora empiezo a distinguir a mi abuelo.
–En los últimos años ha cambiado los teatros por unas tablas en los barrios marginales. ¿Qué ha aprendido de esa experiencia?
–He aprendido que ha valido la pena y que voy a seguir.
(Tomado de Diario Córdoba)

miércoles, 13 de abril de 2016

Estrellas culturales

Cuando entra un candidato/a a un acto de campaña, la música es la introducción más potente.
Hillary Clinton recurre a la música pop, desde Katy Perry y Sara Barriles, hasta el pop latino de Jennifer Lopez y Marc Anthony. Su contrincante demócrata Bernie Sanders opta por Bruce Springsteen y Simon & Garfunkel, aunque personalmente le gusta Beethoven y la música Motown. Del lado republicano Trump usa Twisted Sister (We’re not going to take it), y otras cuyos autores le han pedido que ya no lo haga. Ted Cruz, quien ha dicho que dejó de escuchar música rock después del 11 de septiembre de 2001, prefiere música country patriótica para hacer proselitismo.
Los precandidatos presidenciales emplean, de una manera u otra, artistas, música y efectos audiovisuales para su propaganda, pero también porque saben que las figuras culturales tienen más credibilidad, legitimidad y cariño entre el electorado que cualquier político.
Por lo tanto, tal vez una manera de observar una de las elecciones más inusuales en años recientes, una que ha ignorado la coreografía normal de estos espectáculos (casi todos producidos y dirigidos por profesionales del mundo del espectáculo o de la publicidad), es a través de sus mensajes y mensajeros culturales.
Hace un par de meses en este espacio hicimos un primer repaso a la cosmología de la contienda electoral, y aquí intentamos dar un poco de seguimiento al movimiento de las estrellas en el terreno electoral (a veces es mucho más interesante que otro intento de ofrecer algún análisis profundo).
Sanders atrae, como ningún otro precandidato/a, la gama más amplia de figuras culturales que participan activamente en su campaña, entre ellos los actores Rosario Dawson, Susan Sarandon, Mark Ruffalo (quien fue parte de la gran película Spotlight, que ganó el Óscar este año, la mejor película sobre periodismo en décadas), Danny DeVito y Mia Farrow, los directores de cine Spike Lee y Oliver Stone, y músicos como Residente, de Calle 13; Bonnie Raitt, Killer Mike, Jackson Browne, Steve Earle, Alejandro Escovedo y Red Hot Chili Peppers (la lista completa).
En sus actos y en su publicidad, Sanders ha utilizado desde añejas canciones de Simon & Garfunkel hasta rolas de Bruce Springsteen y ahora una de Diplo.
Hay muchos más que no han respaldado oficialmente, pero que están promoviendo la campaña de Sanders. Una de las más sorprendentes es la supermodelo Emily Ratajkoswki, quien ha expresado a sus más de 700 mil seguidores en Twitter que Sanders es el único candidato capaz de recuperar a nuestro país y al sistema político comprado, y cita sus discursos. Entre las fotos semidesnudas de ella y amigos, hablando de sexualidad, cita a Emma Goldman, señala que Los papeles de Panamá dejan ver cómo el 1 por ciento esconde su dinero y denunció el fracking, siempre volviendo al mensaje de promover el voto para Sanders.
La precandidata demócrata Hillary Clinton goza del apoyo del establishment cultural liberal del país, desde actores como George Clooney, Robert DeNiro, Richard Gere y Barbara Streisand hasta Salma Hayek; de Beyonce a Pharrell Williams a y John Legend, entre una larguísima lista de celebridades.
Ambos demócratas buscan el voto latino, y ahí se ofrece una buena comparación entre sus estilos. Un corrido norteño dedicado a Sanders fue filmado en parte frente a una casa algo humilde con césped descuidado, y con una letra genuina. Los simpatizantes de Clinton ofrecen el video de un mariachi frente a un edificio municipal de Oxnard, con jardines bien cuidados y una producción como de la televisión comercial.
Del lado republicano, la calidad cultural se reduce notablemente.
Trump es director de su propia producción teatral, y no es novato. Vale recordar que produjo y actuó en su propio reality show (The Apprentice/El aprendiz) y fue dueño del concurso de Miss Universo hasta el año pasado. Su campaña ha sido comparada constantemente como algo entre un reality y un concurso, donde su marca es más importante que cualquier otra cosa (aunque aún no ha desfilado en traje de baño) y eso sí lo sabe vender.
Las estrellas a su alrededor son pocas, y obviamente reaccionarias, como Kid Rock, Ted Nugent y Tom Brady, mariscal de los Patriotas de Nueva Inglaterra; el ex boxeador Mike Tyson, el ícono de lucha libre Hulk Hogan y uno de los atletas más raros en la historia, el ex basquetbolista Dennis Rodman.
Trump se destaca más bien por las estrellas que le han exigido que desista de usar su arte, ya que no sólo no estaba autorizado, sino que se oponen a él, como el caso de Adele, Neil Young (quien apoya a Sanders) y Michael Stipe, de REM, quien envío un mensaje a la campaña: váyanse a la chingada todos ustedes, hombrecitos tristes, en busca de atención y hambrientos de poder. No usen nuestra música ni mi voz para esa farsa imbécil de campaña.
Ted Cruz tiene entre su galería cultural a roqueros cristianos y la admiración de tal vez la figura más inesperada para un ultraconservador cristiano: Caitlyn Jenner, ex Bruce Jenner, campeón olímpico, la figura transgénero más conocida del país.
El pobre del gobernador John Kasich no tiene a ninguna estrella –más que un comediante antes famoso– que se haya proclamado a su favor.
No cabe duda de que las elecciones en este país a veces son más espectáculo que ejercicio democrático; no es nada nuevo. Todos actúan, bailan y a veces hasta cantan. Algunos merecen un Óscar por presentar una ficción como realidad, otros merecen un abucheo universal por sus pésimas actuaciones, y a veces aparece uno que parece recordar que esto no es un espectáculo y que en una supuesta democracia, la estrella es el pueblo.
(Tomado de  La Jornada) 

lunes, 4 de abril de 2016

Me acosa el carapálida norteño por el sur.

Por Silvio Rodríguez

Me acosa el carapálida
 
Me acosa el carapálida que carga sobre mí,
sobre mi pueblo libre, sobre mi día feliz.
Me acosa con la espuela, el sable y el arnés;
caballería asesina de antes y después
Me acosa el carapálida norteño por el sur,
el este y el oeste, por cada latitud.
Me acosa el carapálida que ha dividido el sol
en hora de metralla y hora de dolor.
La tierra me quiere arrebatar,
el agua me quiere arrebatar,
el aire me quiere arrebatar,
y sólo fuego,
y sólo fuego voy a dar.
Yo soy mi tierra, mi agua, mi aire, mi fuego.
Me acosa el carapálida con el engaño vil,
con cuentas de colores, con trueque de uno a mil.
Me acosa con su elixir de la prostitución.
Me acosa con la gloria perdida de su Dios.
Me acosa el carapálida con su forma de ver
su estética, su ángulo, su estilo, su saber.
Me acosa el carapálida con sintetización
y quiere ungirme el alma con tuercas de robot.
Me acosa el carapálida con la guerra sutil
hasta que digo basta y carga sobre mí.
Me acosa con su monstruo de radiactividad,
su porvenir de arena, su muerte colosal.
Me acosa el carapálida que siempre me acosó,
que acosa a mis hermanos, que acosa mi razón.
Me acosa el carapálida que vive de acosar,
hasta que todos juntos le demos su lugar.